Dibujo: Pakillo

Crónicas (II)

Author: Dekadencia Sonora

Aunque sé que hay mucha gente siguiéndolos y que son muy buenos músicos no fui a ver a Vantroi, me resguardé en mi madriguera de plástico bebiendo cerveza a la espera de Strawberry Hardcore, que eran los siguientes. El concierto en sí estuvo muy bien excepto al principio, cuando empezaron a tocar el sonido falló y casi se lía pero los técnicos lo arreglaron y pudimos disfrutar de temas como Cuervo Loco o Perdido en Silent Hill para cerrar. Siendo sinceros me perdí diez minutos del concierto porque me estaba deshidratando y tuve que ir a por más cerveza. Volaron pronto los tikets gratis, si. Luego vendrían Macarrada, a los que tenía muchas ganas de ver. Y vaya si los ví, menudos canturreos que nos pegamos el de la camiseta de The Kagas y yo cuando empezaron a sonar los acordes de Jódete, No hay sitio para ti y Todo por nada. Casi MCD, pero no, son Macarrada y tocaron Éramos punx para dejarlo claro. La birra empezaba a hacer efecto en mi monovolumen superior y las trompetas de Obrint Pas me condujeron de nuevo a la zona de ocupada. Allí estaban mis cervezas fresquitas y unos suculentos filetes de lomo que me alimentarían hasta por la tarde –en todos los festivales se come poquito, pues en éste me hinché, literalmente hablando, no podía moverme, por lo que tuve que respirar más jumillo blanco de la cuenta y beberme un par de digestivos . Eso en una hora escasa, pues ya me estaban diciendo por ahí que empezaba Kaótiko y que había que verlos. Tampoco yo es que tuviera muchas ganas de verlos, pero en el piorno rock 2006 me sorprendieron, tocan bien a pesar de lo que tocan, un punk rock demasiado pijo y descafeinado, y no me importaba estar allí escuchando que somos hombres normales, luchando por sobrevivir. Total, sólo era hacer hora para ver a los más esperados de la sobremesa, Lendakaris Muertos. Y así lo hizo ver el público, que respiraba fiesta y pogo por los cuatro costados. Cuando saltaron al escenario empezaron a entonarse cánticos: ¡Léndakaris, Lendakaris! La adrenalina empezaba a subirme. La orgía de cuerpos saltando y bramando era espantosamente sublime. La batería vibraba en mis oidos, por los que fueron pasando todos los temas de la banda. Parece que todos somos vascos y más lúcidos de la cuenta cuando tocan los Lendakaris. O tal vez más becerros, porque tenias que tener un cursillo en moai-tai para resistir los embites del personal. Si bien la tensión se mantuvo durante todo el concierto, cuando sonaron El último txacurra y Gora España la gente enloqueció. Pero el tema que más me sorprendió fue Lendakaris Muertos, la primera canción junto con Das por cool que escuché de estos tios. El final fuen un poco decepcionante pues no les dejaron tocar un último tema. El batería no paraba de pedir que les dejaran mientras Ktulu esperaban para empezar en el escenario contiguo. La zona de conciertos se quedó un poco paralizada mientras los de Hospitalet transpiraban su hardcore metalero, con más problemas de la cuenta, por cierto. Fue una señal inequívoca de que había demasiados grupos buenos para tan poco tiempo. Eran las cinco de la tarde y hacía un calor espantoso. Los siguientes grupos, The Sex Pistols Experience, Hora Zulú y Last Resort, mantuvieron un buen nivel y dejaron paso a Los Suaves. Parece que Yosi se va recuperando, parece. El de Hamlet fue el concierto de la cena con nuestros amigos catalanes, unos vecinos de acampada mu apañaos y que se quedaron un poco flipaos cuando vieron a dos de nuestros notas cantando las canciones de la tele: Oliver y Benji fue el tema más aplaudido por un público que iba de subidón. No sé cuando ni porqué pero desde entonces me perdí yo solo por el festival. Si la tarde había sido buena musicalmente hablando ahora empezaba lo mejor.

A las nueve y cincuenta minutos tronaron las trompetas de un grupo mítico, Potato, que, a mi parecer, dieron el espectáculo padre. La de Rula rula confirmó su gran actuación, aunque quizás podrían haber versioneado un poco a Tijuana in blue. Sólo quedaban cincuenta minutos y los Anti-nowhere league para que Evaristo diera comienzo. Mientras tanto el ron se había apoderado de mi cuerpo y me convertí en presa de mi megalomanía musical, no paraba de preguntarme que daría de sí el gallego en esta ocasión. Y fue impresionante. Otras veces han tocado más canciones de La Polla, incluso en el Lumbreras Rock del 2005 parecían La Polla. Pero Evaristo es Evaristo, un tio fiel a su estilo cante lo que cante, y en Dianas Legales ha dado una vuelta de tuerca más al punk rock de siempre. ¿Qué pasó con Nicaragua, qué pasó en El Salvador....? El gentío empezó a saltar y yo casi en el cielo. Lo que vino después todos los que hayáis visto a este personaje os lo podéis imaginar: una metralleta en la garganta y dos cañones por guitarras, así es Gatillazo, así fue La Polla, así es Evaristo. Para mí fue el mejor concierto del viernes, pero yo soy muy individualista, lo ví solo, y casi me corro cuando tocó Así es la vida. Cada uno tendrá su opinión o recuerdo pero éstos siempre mantienen el tipo. Lo único que no me gustó demasiado fue el final y esa estrella del rock tan paradita, que parecía que no era el final. Justo en ese momento, en el final, fui corriendo, apartando gente, hacia los servicios portátiles del campo de fútbol, a la izquierda, mientras mi vejiga me pedía auxilio y mi cerebro anhelaba un poquito de luz rebelde. Y la luz se hizo mientras yo meaba entre dos de los citados servicios : alguien apareció con un litro de tinto fresquito mientras se oía Skalari Rude Klub. La algarabía era general y yo participaba tanto de ella que abandoné a quien me trajo el litro y me fui a bailar. José República me devolvió un poco a la realidad. El canuto que me encendí tras esta canción sirvió de catarsis a mi dósis alcohólica, pero los que estaban en el escenario no paraban y me tuve que unir de nuevo a ellos; si no puedes con tu enemigo únete a él, que hubiera dicho el de la dieta del tomate frente a una botella de fino sierra. Skalariak es un grupo que parece que no está ahí y casi siempre son los mejores. No puedo deciros si dieron más caña que otros, eso es a gusto del particular, pero sí disfruté del sonido más limpio de todo el festival. Estuvieron a la altura, sin duda alguna. Al igual que Boikot, que se renuevan en cada concierto aunque toquen los mismos temas de siempre. Se echa en falta escuchar temas diferentes, más viejos, pero transmiten tanto y son tan carismáticos que nos enganchan en cada uno de sus bolos. Una leve lluvia amenazó con joder la fiesta, pero al final sirvió para aplacar un poco el insoportable polvo que se levantaba en cada pogo. El recuerdo a Banda Bassoti en Bella Ciao fue monumental, el mejor de cuantos grupos han querido en este festival homenajear al grupo italiano. No callar volvió a reventar el festival, cualquier festival, y el himno del final, Korsakov, fue tan rockero que levantó a todo el mundo si es que quedaba alguien sentado. Esos tres conciertos casi dan conmigo, estaba exhausto y les llegaba el turno a Envidia Kotxina, un grupo que, particularmente y a priori, no molaban un carajo. Pero que equivocado estaba. En directo son brutales, aunque alguien diga que el año pasado a las una del mediodia dieron más caña. Acabé cantando el gasolina y fuego como un punki de postal más. Me siento un punki de postal, hay que llevar tachuelas en la vida. No te jode. En Malos Vicios me desmarqué un poco y fui a recargar energías. En la zona de los albarillos me esperaban, bueno la verdad es que esperarían otra cosa por la cara que tenían pero aparecí yo, los del tripi , pero no estaba la mujer de rojo, que se había quedado con el cantante de kaos sulfúriko flipándolo al escuchar casi todo el último disco en directo de los norteños esos. No sé si era mi borrachera o de verdad, pero de entre las sombras me pareció ver surgir a Doddy Al Fayet, o a un primo suyo. Este personaje ya no nos abandonaría en lo que restaba de festival. La mujer de rojo volvió a tiempo para repartir sus mágicos polvos entre los asistentes; yo me estaba poniendo nervioso porque había vuelto a la sociedad y ninguno de la sociedad quería ver a La Leñera. De nuevo me marché solo, con mi ración burgalesa, a escuchar algo del rock de siempre. Y cuando llegué, que ya estaban empezados, me llevé dos grandes chascos: el primero que habían quitado el puestecillo de camisetas de trainspotting que juré comprarme el primer dia,cuando aún tenía dinero. El segundo fue el grupo en sí; no lo hacen mal, incluso el cantante imita bien a Rosendo, pero tocar canciones de Leño sin alma es casi pecado. Y la versión de El tren me confirmó que me he perdido al gran grupo de rock en español. Estos de La Leñera son meros imitadores, aunque se digan covers. Un tinto con limón –que no se yó que cojones le veran al kalimocho ese- me dio ánimos, puesto que ya sólo quedaba Hirurko, para cerrar el primer dia de festival. No los había visto nunca y no esperaba tampoco un gran concierto. De nuevo estaba equivocado. La intensidad y alegría que expulsaban me devolvió al festival y se convirtió en el gran fin de fiesta. Cuando versionearon Gora Sartaguda creí estar ya con los Piperrak y La del fútbol, de Porretas, para terminar, fue el gran cachondeo. Un muy buen concierto el de Hirurko. Al terminar me acerqué un poco más a la valla de seguridad y estuve un momento hablando con el cantante. Entretanto una masa de legionarios de la batería ocuparon el escenario izquierdo al oir los gritos ensordecedores del vocalista de otro grupo;cuando me quise dar cuenta Ktulu estaban otra vez repartiendo estopa en el escenario. La tarde no había sido muy exitosa en cuanto a sonido y meteorología, los organizadores se percataron y dieron la oportunidad a Ktulu de desquitarse, y lo hicieron con creces. La música en directo acabó y la gente empezó a desparramarse entre olas de adicción, árboles pequeñitos, mierdas de perro y sexo a raudales. Eran las siete de la mañana cuando, buscando una rave alternativa dí de bruces con mi tienda y allí aparqué mis sentidos durante un rato. Unas tres horas de descanso aproximadamente. Hasta que se oyó justo al lado de mi oído: “No disfrutamos en el paro, ni disfrutamos trabajando, no, no, no.....” Estaba realmente despierto y con unas ganas de juerga inusitadas gracias al jaleo que tenían montado los vecinos de la furgoneta jipi. Catorce tios metidos en el coche de Scooby Doo y liando la traca. Me levanté presto y me fui directamente a las duchas para refrescarme y empezar de nuevo, pero el panorama que se me presentaba era desolador...



(continuará)


Por: Joe Eztrummer y D-K-DNT
Fotos: Dani Limón